La amistad es una bendición de Dios

Así,  como el Espíritu Santo de Dios esta en nuestro corazón,  así, como Jesús lo dejo para que sea en todo tiempo, nuestro ayudador, para que no estemos solos… así también dejo nuestros amigos. Ángeles del Señor, en forma tangible.
Proverbios: 17.17
“El amigo siempre es amigo, y en tiempos difíciles es más que un  hermano”.  (RV)
“Un amigo  AMA en todo momento, y en tiempos difíciles es como un hermano” (BLA)

Jesús nos dejo un mandamiento único y  mas importante “ámense los unos a los otros” – ya que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos  a los otros” 1 Juan 4.11
Podríamos asegurar que este mandamiento lo aplicamos a diario con nuestros amigos, sin esfuerzo alguno. Nos calibramos en Jesús en forma natural para brindarnos, para estar simplemente a la par de los que amamos y que nos aman.
 Nuestra gran prueba diaria del amor, como si fuera una materia que rendimos a diario. La pasamos con las mejores calificaciones.
Cuando amamos sin medidas ni cuestionamientos, y ponemos en practica en nuestros amigos, los que hemos cultivado “como árboles al costado del río”,  estamos dando lo mejor de Dios. Lo mejor que Dios nos ha dado. Lo mejor que Dios nos ha puesto en nuestros corazones,  su amor;  por que Dios es amor.
¡Cuánto amor manifestado en la tierra!
“Dios bendice a quienes no siguen malos consejos, ni andan en malas compañías, ni se juntan con los que se burlan de Dios” Salmo: 1.1
El amor conlleva las más altas normas. Jesús dice que debemos ser  “los Unos para los Otros, lo que El es para Nosotros”.
El amor de Cristo es desinteresado, sacrificial y sumiso a la voluntad del Padre. Sus normas de amor son personales, alcanzando a los que no lo merecen, mirando mas allá de las faltas para ver las necesidades desesperadas de sus corazones.”
Señor: te pido por la vida de mis amigos, estos que Tú has puesto a mi lado, que llevo en mi corazón, por que Tú así lo has  querido. Te pido para ellos una bendición especial. Ellos son para mí como tus Ángeles, esos que Tú me mandaste para que me acompañen en la vida.  Señor te doy gracias por tu amor desmedido.
Te doy gracias por me has honrado con tantos y tan buenos amigos.

Rosa Acosta
Periodista – O.P.N